Diario de Kinoxford – Capítulo 11.
07/07/2016.
Siempre he sentido admiración profunda y sincera por esos emprendedores que se arriesgan a ser su propio jefe, personas como nosotros que deciden arriesgar su patrimonio y emprender una vía de negocio.
En España, el 98% de las empresas privadas son pymes y autónomos, mientras que el 2% restante son las famosas empresas del ibex-35, las mismas que tienen sedes en paraísos fiscales para eludir impuestos y pagan millonadas a sus directivos, encorsetados en carísimos trajes, para que después salgan guapos en la foto de la reunión anual con el presidente del gobierno de turno, para hablar de la economía del país.
Emprender en España es toda una odisea repleta de obstáculos burocráticos, permisos de todo tipo, otorgados por entes públicos duplicados e inútiles en cada comunidad autónoma.
Enchufes a dedo a las redes clientelares de votos, con su correspondiente coste de tiempo, dinero y energía (se recomienda leer el hilarante y surrealista pero real como la vida misma Vuelva Usted Mañana del libro Artículos de Costumbres).
El primer año de vida de un negocio debe estar planificado para no perder dinero y el segundo para empezar a recuperar la inversión.
El acceso a la financiación en España no es cómodo ni económico y sumado al aluvión de impuestos, tasas, licencias, permisos que hay que pagar, antes siquiera de empezar la actividad, están destinados a desanimar en vez de incentivar. Una auténtica pena, porque se desperdicia mucho talento.
En el país vecino llamado Francia, existen dos entidades de crédito públicas, Credit Lioné y Credit Agrícole, que prestan dinero a bajo interés a pymes, autónomos, familias de clase media-baja, ganaderos y agricultores.
Cuando Miguel Indurain ganaba la los tours, tenían como patrocinador principal a Credit Lioné. Y Credit Agrícole fue un equipo de ciclismo profesional durante años.
No creo que sea tan complicado liberar de todos los impuestos nacionales, autonómicos y locales a cualquier negocio nuevo durante el primer año de vida, el segundo pagaría la mitad y el tercero lo que le correspondería, con el fin de incentivar a emprender y ofrecer viabilidad de futuro a esos gérmenes de empresas.
Las pymes y autónomos en España han sido maltratados por todos los gobiernos de la democracia de forma injusta y arbitraria a base de impuestos abusivos, que les obligan a pagar el 30% de sus ganancias a las pymes (impuesto de sociedades) y hasta un 45% de IRPF en cada factura de autónomo.
Una auténtica sangría impositiva que supone la asfixia financiera e impide la inversión, una auténtica salvajada que está dejando España sin el motor de su economía.
Para no aburriros mucho con mi perorata, voy a centrarme en lo que os quería contar sobre los españoles que han venido a Oxford a emprender su propio negocio.
Personas que han decidido trabajar única y exclusivamente para ellos mismos, explotando una idea de negocio. Ello/as se marcan sus objetivos y aspiraciones, se fijan su propio horario y toman solos decisiones vitales para su negocio asumiendo todas las responsabilidades.
Toñi es de Granada y estudió fisioterapeuta, mientras que su pareja se convertía en arquitecto titulado.
Hastiados, vapuleados y maltratados por un mercado laboral precario en España, decidieron trasladarse a Oxford sin prácticamente hablar inglés.
El arquitecto tuvo que ponerse detrás de la máquina que lava platos, vasos y cubiertos en la cocina como kitchen porter y se apuntó a las clases para obtener el bachillerato inglés por las mañanas. De esta forma, en dos años mejoró su inglés de forma notable.
Toñi se hizo autónoma en Reino Unido, para dar rienda suelta a su pasión por los masajes cañeros, esos que te dejan lisiado todo el día y el siguiente, para ir sintiéndote mucho mejor en los días posteriores.
Paga 12 libras al mes, mientras que en España pagaría 280 euros, que cada uno saque sus propias conclusiones.
Sergio es del barrio bendito del sur infinito de Andalucía y acude cada miércoles y jueves a vender raciones de paella al mercado, esos días la plaza se llena de puestos ambulantes de comidas de países diversos inundando el ambiente de aromas exóticos.
Cada puesto tiene un lugar asignado y todas las instalaciones son exactamente iguales en cuanto a tamaño y colores, de esta forma se logra una armonía ordenada y lógica.
Sergio prepara las 3 paelleras (en valencia se le llama paella al recipiente) de pollo, chorizo y verduras para después vender las raciones empaquetadas en un envase de plástico transparente.
Sergio es un apasionado de su país de origen y en su puesto luce orgullosa la bandera nacional con su toro ibérico. Ha decidido explotar comercialmente una idea de negocio surgida de la fama mundial que tiene el plato de comida por excelencia en la Comunidad Valenciana.
Ha tenido la valentía, astucia, genialidad y eficacia de exportar la comida española al extranjero para ganar más dinero que el que ganaría trabajando por el salario mínimo en Oxford. Su audacia y esfuerzo se ven recompensados al final del día cuando no queda ni un solo grano de arroz en sus paellas.
Un españolito de a pie nacido en Valencia y doctorado cum laude en paellas, se acercó a su puesto y observó que las paellas estaban preparadas sin zanahoria y semejante sacrilegio estaba bautizado por un cartel que ponía “paella típica valenciana”
Ante tremenda ofensa el sujeto acude raudo y veloz al cobarde escondite de las redes sociales, para publicar un post en la página de Facebook que aglutinan a los españoles en Oxford, criticando la actitud de un andaluz preparando paellas sin zanahoria.
El barón Otto Von Bismarck, que fue el padre de la unificación alemana, al mismo nivel de Garibaldi en Italia o Churchill en UK, dijo una vez:
“España es el país más fuerte que conozco porque lleva siglos tratando de auto destruirse y aún no lo ha conseguido”.
La envidia cainita y envidiosa que carcome los cimientos del país y la preocupación por nimiedades absurdas en vez de valorar el hecho en cuestión, hacen de España un lugar maravilloso para vivir sin tener que trabajar y provocan un auténtico éxodo hacia otros países, entre las personas en edad de trabajar.
Me acerqué al puesto y le di mi enhorabuena por sus bemoles, por ser un tipo listo y avispado y por tener su propio negocio en un país extranjero.
Me hice una foto de recuerdo y le prometí que escribiría un artículo contando su experiencia emprendedora en Oxford.
Y ya con esto me despido hasta la próxima. Mientras tanto puedes visitar mi blog KinoCuevas.wordpress.com, mi canal de youtube donde iré colgando algún que otro vídeo y también podéis escuchar el programa de radio que hacía mientras vivía en Málaga, La Hora de Málaga.